Ciclo Ibérico Médicos en política: Esplendida intervención del Dr. Mario Mingo en la sede de la Orden dos Médicos de Portugal
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Si tengo que definir al Dr. Mingo, lo tengo que hacer comenzando por los siguientes adjetivos:
Es un hombre humano, amable, cariñoso y galante con las mujeres, conciliador, trabajador y apasionado por ayudar, por contribuir a la mejora de la vida de sus conciudadanos.
Ser médico está incardinado en su ser. Lo vivó desde niño, desde antes de tener uso de razón, gracias al ejemplo de su abuelo y de su padre, ambos médicos.
Médicos de familia, “médicos de pueblo”. Allá en un bonito y elegante pueblo, Torrelodones, cerca de Madrid, ejerciendo la medicina con una compresión holística de la misma y del ser humano. No trataban enfermedades, trataban a personas, luego vendrían las enfermedades y su tratamiento.
Allí estaba su padre, un gran médico, al que acudían a ver los médicos especialistas, y en el que se integraban los diversos conocimientos y pareceres para diagnosticar y dirigir la terapéutica apropiada y el cuidado del enfermo.
Allí lo aprendió todo, lo esencial, lo importante, lo que le ha permitido luego desarrollar sus estudios y su profesión, lo que le ha permitido luego ser quien es en el mundo de la política.
Allí aprendió a ser humano, a ser médico a desarrollar su personalidad política como deseo de ayudar, de contribuir al bienestar de sus conciudadanos.
Allí aprendió a valorar el esfuerzo, a mantener la ilusión, a forjar su voluntad. Ha formarse continuamente. Obtuvo su licenciatura en medicina y cirugía, a continuación la especialidad como cirujano general y digestivo en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón, un gran hospital, luego el doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, y, posteriormente, su maestría en Gestión de Instituciones en la Universidad Antonio Nebrija de Madrid.
Mario, el Dr. Mingo, es médico, cirujano y, sin dejar de serlo, es también un político que, desde su etapa como Alcalde y luego como Diputado portavoz de sanidad y ahora como Presidente y miembros de varias Comisiones, ha trabajado con independencia, con fidelidad, con trasparencia, con inteligencia; conciliando pareceres entre todos y consiguiendo grandes éxitos legislativos promovidos por su partido en la etapa en que la ministra de sanidad era también médico, Ana Pastor; éxitos reconocidos por todos y apoyados por la oposición.
Querido Mario, ha sido para mí un honor que hayas compartido con nosotros, con la Fundación tantos momentos. Te agradezco profundamente tu interés por lo que hacemos y tu amistad ante todo. La amistad de un hombre, en mayúsculas, que no quiere dejar de serlo.
¡Muchas gracias!