Faustino Blanco plantea, en el Encuentro de la Fundación Bamberg una sanidad pública innovadora, eficaz, responsable y austera que sirva de motor económico y de progreso en Asturias
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El consejero de Sanidad, Faustino Blanco, ha defendido hoy la necesidad de contar con un sistema sanitario público innovador, eficaz, responsable y austero que sirva de motor de económico y de progreso en Asturias. En una sociedad desigual y en crisis en las que las personas son cada vez más vulnerables, el titular de Sanidad ha defendido un modelo de organización sanitaria eficaz y eficiente, que cuente con la participación de los profesionales en la toma de decisiones y que esté volcada en la atención integral a los problemas de salud de los ciudadanos.
Faustino Blanco se ha pronunciado en estos términos durante la conferencia que ha pronunciado en un encuentro con diferentes representantes nacionales y regionales del sector de la salud organizado por la Fundación Bamberg en el Hotel de la Reconquista de Oviedo.
El Gobierno de Asturias, según ha expuesto el consejero, tiene además una visión de la sanidad como un sector estratégico de conocimiento que debe servir como elemento dinamizador de otras áreas de actividad a través de la investigación y la innovación.
El consejero ha subrayado que tanto la literatura científica como la Organización Mundial de la Salud (OMS) siguen siendo contundentes al señalar que los sistemas sanitarios universales, con titularidad y gestión públicas, basados en la atención primaria y una elevada calidad de prestaciones, ofrecen mejores resultados de salud y son más eficientes, equitativos y humanos. En este sentido, ha cargado contra las voces que defienden lo contrario sin mayor rigor que el convencimiento ideológico de una parte de la sociedad con intereses.
Del mismo modo, ha puesto de manifiesto la necesidad de seguir produciendo más con menos, ganar en eficiencia, pero sobre todo impulsando otra forma de administrar la sanidad pública, con estructuras y organizaciones renovadas y colocando el acento en los valores del Buen Gobierno y en los códigos de buenas prácticas profesionales. “La sanidad pública de cualquier país, y la asturiana no es una excepción, necesita primero eficiencia y posteriormente suficiencia, pero también necesita reformas”, ha defendido.
Blanco ha dicho que la crisis del ébola ha vuelto a poner de manifiesto que la salud pública mundial es un asunto que compete a todos y que es necesario evitar la propagación de las enfermedades infecciosas en los países de origen. Por eso, ha abogado por avanzar en la lucha contra las desigualdades en salud y en atención sanitaria, al tiempo que se garantiza la cobertura universal, la financiación solidaria a través de los impuestos y la alta calidad de unos servicios accesibles a toda la población.
La participación de los profesionales
Dentro del plan de reforma de la sanidad pública en Asturias, se ha referido también a las vías para continuar desarrollando la participación profesional en la gestión del sistema, con una regulación transparente y persiguiendo la profesionalización de los mandos intermedios, y al imprescindible apoyo que la administración sociosanitariadebe prestar al paciente-ciudadano como gestor de su enfermedad o proceso crónico, mediante la potenciación de las escuelas de salud y la utilización responsable de los servicios.
Durante su intervención, se ha mostrado partidario de estudiar una reforma fiscal y un cambio en el acuerdo de financiación autonómica, que permita que la financiación sanitaria tenga un carácter finalista, de tal manera que las comunidades autónomas recibieran el gasto/cápita ajustado por edades, y atendiendo a otras correcciones como el coste efectivo de los servicios de acuerdo a la población o a su dispersión.
“Es posible avanzar y resulta necesario hacerlo sobre la base de otra política centrada en eliminar las desigualdades. Ello con el impulso de los diferentes protagonistas del sistema sanitario, mediante acuerdos y proyectos concretos en los ámbitos autonómico, nacional y especialmente europeo. De esta forma la sanidad seguirá contribuyendo al mantenimiento, la recuperación y la mejora de la salud, así como al desarrollo económico, la creación de empleo de calidad, la cohesión social y el progreso del país. La mejor inversión es, sin lugar a dudas, una sanidad para todos”, ha apuntado.
Por último, se ha referido al reto que tiene la Fundación de Investigación Biosanitaria (FINBA), que operará en el entorno del nuevo HUCA, de competir con los mejores en uno de los campos más exigentes: colaborar a la sostenibilidad del sistema sanitario y, principalmente, a la mejora de la salud de las personas. Una estructura, que unida al talento de los grupos de investigación que ya existen en Asturias y a su capacidad de atraer más talento, permitirá estrechar lazos entre la investigación básica y la clínica.