Encuentro Ibérico Médicos en Política de la Fundación Bamberg “Los políticos y los médicos tenemos muchas cosas en común, pero la más importante es que nos dedicamos a cuidar y atender a los demás”.
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“Los políticos y los médicos tenemos muchas cosas en común, pero la más importante es que nos dedicamos a cuidar y atender a los demás”. Así lo ha señalado Mario Mingo, presidente de la Comisión de Sanidad en el Congreso, en el marco del “Ciclo ibérico de conferencias de médicos en política”, organizado por la Fundación Bamberg con la colaboración de la Asociación Portuguesa de Ingeniería y Gestión de la Salud, y que en su primera jornada ha contado con la participación del Dr. Álvaro Beleza, actual Secretario Nacional del Partido Socialista de Portugal
Madrid, 24 de febrero de 2014.- Con motivo del “Ciclo ibérico de conferencias de médicos en política”, organizado por la Fundación Bamberg en la real Academia Nacional de Medicina, conjuntamente con la Asociación Portuguesa de Ingeniería y Gestión de la Salud, expertos de diferentes ámbitos se han reunido para analizar el papel de los médicos en política y la politización de la Sanidad. En este sentido, Ignacio Para, presidente de la Fundación Bamberg, ha manifestado que “una cosa es establecer políticas sanitarias y acciones para la protección de la salud de los ciudadanos y regular el alcance de las prestaciones sanitarias, y otra es utilizar la gestión Sanitaria como arma política, de manera que las cosas que se hacen son buenas o malas en función de quién las haga, esto es un problema porque la Sanidad no puede estar en este vaivén”.
Al hilo, Ignacio Para ha señalado que aunque tenemos una Sanidad y una Medicina excelente e, incluso, somos referencia en materia de investigación, no tenemos una buena organización sanitaria, “es muy ineficiente”, ha apuntado.
“Es bueno que haya médicos que participen en política porque les enriquece, además, son grandes humanistas y en política representan un gran valor, pero no es bueno que se conviertan en políticos profesionales”, ha concluido el presidente de la Fundación Bamberg.
En esta misma línea ha intervenido el doctor Mario Mingo, presidente de la Comisión de Sanidad en el Congreso de los Diputados, quien ha asegurado que “los políticos y los médicos tenemos muchas cosas en común, pero la más importante es que nos dedicamos a cuidar y atender a los demás”. Así pues, Mingo ha defendido que “los políticos debemos copiar a los médicos en el principio básico del juramento deontológico que es, fundamentalmente, cuidar a los demás y no hacer daño, y a los profesionales sanitarios en general, y a los médicos en particular, les tenemos que pedir que atiendan al enfermo, pero también que se preocupen por la sostenibilidad del sistema de salud y por las consecuencias económicas de su actuación”.
En este contexto, para el doctor Mingo es preciso “buscar un máximo común denominador que permita a políticos y médicos ponernos de acuerdo en cuestiones básicas”, a lo que ha añadido que “independientemente del color político, debemos sentar las bases sólidas, amplias, fuertes, indiscutibles e inamovibles entre profesionales sanitarios y políticos”.
“Es preciso un cambio de modelo y el humanismo tiene que imperar, no sólo en los médicos sino también en los políticos”, subrayó el presidente de la Comisión de Sanidad en el Congreso de los Diputados, quien, además, ha insistido en que la gestión clínica y la mayor eficacia de los recursos no puede recaer sólo en los políticos y gerentes, sino que también tiene que ser responsabilidad de los médicos.
Experiencia portuguesa
Por su parte, el Dr. Álvaro Beleza, licenciado en Medicina por la Facultad de Medicina de la Universidad de Porto, director del servicio de sangre del centro hospitalario Lisboa Norte, profesor de Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa, y actual Secretario Nacional del Partido Socialista de Portugal, desde su visión de médico y político, ha explicado la compleja situación actual del sistema sanitario de Portugal.
“El actual Gobierno portugués no considera la prestación de atención de salud como una actividad estructurante que requiere reformas, buen gobierno y visión a largo plazo”, señaló el doctor Beleza, quien también explicó que, desde el año 2011 lo que se han hecho son “medidas de recorte individuales, desconectadas, puntuales, descontextualizadas y administrativas, sin ninguna estrategia de sostenibilidad, que incluso pueden confundirse con medidas de carácter reformista, pero que nada tienen que ver con una reforma”.
En esta línea, el Dr. Beleza ha señalado que el propósito del actual Gobierno luso es “debilitar y desmantelar el sistema sanitario, estableciendo vectores de intervención que pasan por cortar en lugar de reformar; racionar en vez de racionalizar; tomar decisiones de repuesto en lugar de decisiones estratégicas; e instalar austeridad a cualquier precio para los pacientes”. De hecho, como ha informado el experto, se ha reducido el número de profesionales; han aumentado las listas de espera; hay menos trasplantes; se está produciendo un “racionamiento” de fármacos en los hospitales; hay restricciones en la innovación; se han eliminado hospitales y fusionado servicios y los vehículos medicalizados de emergencia y reanimación no salen por falta de médicos. Concretamente, en 2013, hasta un 25 por ciento se han paralizado por la falta de profesionales de la salud; etc… Además, el Secretario Nacional del Partido Socialista de Portugal ha lamentado que casi el 40 por ciento de los portugueses no ganan para asegurar la salud de sus familias y que uno de cada cinco portugueses dejaron de ir al médico por razones monetarias.
Un contexto que, para el doctor Baleza, requiere de una reforma de los cuidados primarios y continuados; una reorganización de las emergencias; una reestructuración y reconversión de la red hospitalaria; una gestión estratégica de los recursos humanos; y una evaluación efectiva e independiente de las tecnologías sanitarias y, tal y como ha explicado, mantener el modelo actual de atención a la salud, pero sobre la base de un sistema de salud universal, general, que tienda a ser gratuito; asegurar que el sector privado complemente al sistema sanitario público y no sea competidor; y quitar, de manera gradual, los subsistemas de los fondos públicos, convirtiéndolos en asociaciones de inversión gestionados por los beneficiarios, “en la lógica de una gran mutua de seguros”, como ha matizado, con la posibilidad de la adhesión de otras asociaciones, con el fin de crear masa crítica y dimensión.
Del mismo modo, en cuanto a la organización y el acceso, el Partido Socialista de Portugal pretende llevar los cuidados sanitarios a los ciudadanos mediante la inversión en los centros de salud pública, en los cuidados a la comunidad, en los continuados y en los paliativos, y para ello, contemplan la creación de unidades de salud integradas que favorezcan la implantación de una Medicina preventiva. Asimismo, apuestan por promocionar la salud de los ciudadanos y por promover políticas de prevención de enfermedades; por racionalizar la prescripción de medicamentos y otras tecnologías sanitarias, combatiendo el uso irracional de los mismos, a través de la aplicación y seguimiento de las normas de orientación clínica y el formulario terapéutico nacional; y, también, por desarrollar una investigación clínica eficaz, como una vía de recaudación de fondos.
Además, el doctor Baleza ha insistido en la idea de asegurar la integración y la eficiencia en la regulación del sector y para ello, desde su partido, proponen la creación de una única entidad –Autoridad de Regulación de la Salud- que centralice todos los aspectos relacionados con la salud, de manera que los actuales reguladores sean unidades autónomas funcionales de la Autoridad Nacional de Regulación de la Salud.
Por último, el Dr. Beleza, que es también coordinador del grupo de trabajo sobre salud del Laboratorio de Ideas y Propuestas para Portugal (LIPP), ha planteado como reto fomentar y desarrollar el turismo de salud, “tenemos que ser más competitivos”, tal y como ha apostillado, y, del mismo modo, desarrollar la industria farmacéutica, “para lo que es necesario crear redes y sinergias que sumen fuerzas”, según sus propias palabras.