Impulsada desde los principios de accesibilidad, equidad y sostenibilidad, la Fundación Bamberg reivindica una urgente estrategia nacional para el abordaje del cáncer

  • Fuente: Acta Sanitaria - Martes, 2 Febrero, 2021

    Luis Ximénez — Madrid 2 febrero, 2021 - 5:11 pm

    La Fundación Bamberg ha reivindicado el establecimiento urgente de una estrategia nacional para el abordaje del cáncer en España, dado que, como expresó su presidente, Ignacio Para, en su discurso de apertura, esta es una necesidad insoslayable que justifica por sí misma que la Oncología y especialidades hermanas, como la Oncología Radioterápica o la Farmacia Hospitalaria, tengan todo su protagonismo en el arranque de la nueva etapa del ciclo titulado ‘Saliendo de la crisis del Coronavirus‘, con una primera sesión reservada, en los primeros compases de 2021, al Foro Nacional de Gestión del Cáncer.

    Todos y adelante

    Con su mayor ilusión, el presidente de la Fundación Ignacio Para Rodríguez-Santana, lanzó un primer mensaje de esperanza ante una tercera ola de la Covid-19, caracterizada por su especial crueldad con la población española y mundial, en la certeza de que será posible dejar atrás esta crisis que violenta todos los órdenes de la vida y de la convivencia, a partir de la unidad de todos.

    Esta es una convicción alimentada por promesas que empiezan a ser realidades fundadas, como las nuevas vacunas y tratamientos para derrotar a una enfermedad que apenas superó ya su primer año de ensañamiento con el planeta. En relación con el tema principal de esta reunión, el cáncer, razonó Para que une a los grupos de enfermedades frente a las cuales ofrecen mayores beneficios los avances en genómica, Medicina molecular y mayor conocimiento del sistema inmunitario.

    Todo como demuestran, aseguró este ponente, los altos índices de cronificación y curación que ofrecen los tumores, gracias a tratamientos cada día más personalizados, por ejemplo, a través de los enormes progresos que se experimentan actualmente en el campo de la Inmunoterapia, junto a estrategias clínicamente revolucionarias hasta hace poco, como usar virus como vectores o como formular vacunas con ADN y ARN para distintas neoplasias, mediante instrucciones genéticas dirigidas a antígenos específicos.

    Retos nuevos y antiguos

    Junto a esa corriente innovadora imparable, no negó Para que también se presentan retos igualmente imponentes, como es, sobre todos los demás, lograr que todos estos avances redunden en el beneficio máximo de todos los ciudadanos y pacientes en las mismas condiciones de igualdad en todo el territorio nacional.

    Así quedó reflejado, como recordó el presidente de la Fundación Bamberg, en el prólogo al libro ‘El Impacto de la Nueva Medicina en el Sistema Sanitario, en el que el actual presidente de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANM), el profesor Eduardo Díaz-Rubio, acertó al afirmar que no bastan para la Medicina moderna el conocimiento, la innovación y la tecnología, sino que también resultan esenciales la gestión, la organización y el empoderamiento del paciente.

    Para, que aludió en un momento de esta jornada de su experiencia personal con tres tumores, felizmente diagnosticados a tiempo, defendió vivamente tanto la bondad de la prevención en salud como la fuerza de la innovación terapéutica.

    Además de su gratitud a los profesionales sanitarios que tan bien le trataron siempre, este ponente extendió su reconocimiento personal e institucional a la compañía farmacéutica AstraZeneca, por participar en esta jornada con voz propia, y también a IPSEN Pharma, EUSA Pharma y Accord, por su imprescindible colaboración en la realización de este acto, agradecimiento que también alcanzó, como en todas las ocasiones anteriores, a Ribera Salud y Asisa, verdaderos puntales de apoyo para esta Fundación.

    Bibliografía imprescindible

    Dentro de la abundante biblioteca generada por esta entidad en las últimas décadas, Para trajo al recuerdo aquel texto de referencia publicado hace siete años en el que ya quedaron definidas las bases de reforma que son necesarias para asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario con una mejora progresiva del abordaje del cáncer.

    Este libro fue presentado en la RANM, en Madrid, y, a pesar de su carácter anticipatorio, no evitó que hoy pueda decirse, sin ambages, que la situación general empeoró en términos de equidad. Como recordó Para, tras este trabajo esclarecedor, llegó otro, en 2015, específicamente centrado en el acceso a la innovación terapéutica.

    Hubo de lamentar, en el arranque de 2021, que los sucesivos plenos del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) no hicieran lo necesario para poner las medidas propuestas en práctica, a pesar de ser defendidas por autores que son profesionales de primera línea en el ámbito de la gestión sanitaria y en el ejercicio de la Medicina más adelantada a su tiempo.

    Esta situación, según expresó este ponente, lejos de desanimar a la Fundación Bamberg en su compromiso con la mejora de la Sanidad, permitió completar una nueva y magna obra de 800 páginas distribuidas en dos volúmenes en los que se recogen también los efectos de la nueva Medicina en el sistema sanitario, con especial atención a los avances habidos en el campo de los tumores sólidos y las hemopatías.

    Nos vemos el 22 de febrero

    Emplazó Para a todos los asistentes también a acudir a la próxima cita con esta Fundación, que se llevará a cabo el lunes, 22 de febrero, y que abordará la problemática de la Atención Primaria como eje del sistema sanitario, también en formato online.

    Mientras tanto, y al contar con la participación de la máxima autoridad sanitaria en el País Vasco y de su coordinadora principal en todo lo relativo al cáncer, Para evocó el libro titulado ‘Osakidetza, un referente para los sistemas sanitarios‘, en el que se repasan los hitos de la Sanidad vasca como mejor modelo de atención del Estado y como fuente de experiencias de éxito en organización que deberían ser emuladas en otros territorios para no tener que inventar “la rueda” cada día.

    Retraso en los diagnósticos

    El presidente de la Fundación ECO, el doctor Vicente Guillem, define como escalofriantes las cifras de contagios y fallecidos por la Covid-19 en España y en el resto del mundo, pero también argumentó que no deben desviar la atención que siempre merece el cáncer, enfermedad que se diagnostica a 280.000 personas cada año en el país y de la que fallecen 112.000 pacientes, del total de 19 millones que mueren cada año en el planeta.

    Entre los graves perjuicios causados por la pandemia a la atención en cáncer, este profesor destacó la interrupción parcial o completa de las consultas externas y la reducción de la participación de pacientes en los ensayos clínicos, además de haberse retrasado los diagnósticos con tumores que no tendrían que haber llegado a ser descubiertos en estadios más avanzado.

    Todo hasta el punto de que este ponente se teme una bajada del 30 por ciento en la supervivencia a determinados subtipos de tumores, tal como se recoge en estudios realizados en el Reino Unido. Para él, en la tercera ola de la pandemia no hay lugar para el optimismo en ninguna circunstancia.

    Por eso, Vicente Guillem lamenta especialmente que no se dote a la Oncología de una financiación específica, a pesar de lo estimulante que resultan los avances cosechados en el conocimiento de los mecanismos moleculares de las neoplasias, las dianas terapéuticas localizadas y los nuevos tratamientos desarrollados, con potencia creciente al estudiar y describir mejor las muy diversas peculiaridades que caracterizan al cáncer, según resumió.

    Trabajar en red

    En su calidad de jefe del Servicio de Oncología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), ve en el trabajo en red el futuro de la investigación en cáncer, aunque también detecta riesgo de inequidad para los ciudadanos y peligro para la sostenibilidad del SNS en el aumento de prevalencia de los tumores en el país, por lo que pide no disminuyan aún más las inversiones en investigación y asistencia sanitarias.

    Formuló, a partir de lo anterior, Guillem una petición dirigida a las más altas instancias del Estado para reactivar la estrategia nacional del cáncer y que esta incluya una financiación finalista. Para mover a que los políticos pongan en lugar preeminente el abordaje del cáncer, al hilo, declaró, de los esfuerzos que también hacen las compañías para impulsar los diagnósticos y los tratamientos en Oncología.

    Ratificó, también, Guillem, al final de su intervención, que el cáncer es la enfermedad más prevenible de las crónicas y que sus supervivencias ya alcanzan el 60 por ciento, aunque permanece el riesgo, lamenta, de retroceder en buena parte de los logros conseguidos hasta la fecha, si no se ponen los medios necesarios para evitarlo.

    Elogiada Sanidad vasca

    La consejera de Sanidad del País Vasco, Gozona Sagarduy, abrió de par en par las puertas del Departamento que lidera a la fundación convocante y demás personas físicas o jurídicas que manifiesten su compromiso con el avance de la salud y el bienestar de los ciudadanos, especialmente en asuntos de cáncer.

    Reconoce, no obstante, Gotzone Sagardui que la pandemia de la Covid-19 requiere una gran atención y múltiples recursos y advirtió de que no debe ser la única prioridad para los servicios públicos. En ese sentido, observa que este problema global de salud provoca efectos colaterales que afectan a los ritmos en la asistencia clínica de todos los sistemas sanitarios del mundo, en una dinámica perturbadora que explica el retraso en las pruebas de cribado poblacional de tumores prevalentes, por ejemplo, y otras dilaciones y demoras que también impactan de manera negativa en la salud de miles de personas.

    Alerta temprana de neoplasias

    Sagardui explicó que, durante la pandemia, el Ejecutivo regional mantiene circuitos de atención no presencial, mediante la conexión entre niveles asistenciales y un sistema de alarmas que detectan tempranamente posibles casos de nuevas neoplasias, dentro de un esfuerzo que ya está en marcha desde hace tiempo para optimizar los recursos de radiodiagnóstico y radioterapia, como precisó.

    Celebra esta ponente que, a pesar de la Covid-19, no hubo en este territorio fisuras temporales en el acceso a los fármacos al haber salvado los riesgos de posible contagio de los hospitales, a la vez que se respetó el acompañamiento familiar de los pacientes en situaciones de gran dependencia y en las defunciones.

    Sobre el plan oncológico vasco, que explicó, después, con más detalle, la directora del Plan Oncológico para Euskadi (POE), la doctora María Ángeles Sala, refirió Sagardui que busca, antes que nada, reducir la mortalidad por cáncer en esta comunidad autónoma, a la vez que se cubren las necesidades de las personas con procesos oncológicos para mejorar su calidad de vida.

    Donaciones de Amancio Ortega

    En referencia a los profesionales asistenciales, la titular de la cartera sanitaria de la Administración vasca agradece que siempre den lo mejor de sí mismos, en paralelo al refuerzo de los aludidos sistemas de detección, la cirugía más avanzada y el trabajo en red, para lo que resultó muy positiva la renovación del parque tecnológico, que contó con las donaciones de la Fundación Amancio Ortega, en igual cuantía a las recibidas por otras comunidades autónomas.

    Entre otras cosas, recordó Sagardui la prioridad que supone para el presidente del Gobierno del lehendakari Íñigo Urkullu ampliar, a lo largo de las dos últimas legislaturas, el presupuesto autonómico destinado a I+D+i, refuerzo de financiación que permite incorporar la innovación terapéutica mediante compras centralizadas y pagos por resultados en salud, dentro de un compromiso común que también se refleja en las frecuentes colaboraciones público privados que tienen lugar.

    En ese respaldo a la Medicina Personalizada y de Precisión, sustentada por la innovación, esta política sanitaria destacó la participación en 353 proyectos de investigación oncológica, con un presupuesto de 8,7 millones de euros, con un protagonismo del 63 por ciento para los ensayos clínicos. Como idea final, expresó que es tiempo de la Covid-19, pero no momento de dejar a un lado la innovación en gestión y los procesos que mejoran la asistencia sanitaria a los ciudadanos.

    Itinerarios euskaldunes

    En línea con lo descrito, María Ángeles Sala precisó que se ciñe el Plan que lidera al periodo 2018-2023 y que sus ejes son la acción intersectorial, el modelo asistencial, los sistemas de información, la aludida Medicina de Precisión, la investigación y la innovación.

    Todo de cara a lograr un modelo organizativo homogéneo que toda Osakidetza, a través de la figura del paciente activo en un contexto de atención multidisciplinar en el que tienen importancia plena las comisiones de tumores, la Enfermería referente de procesos, los circuitos de diagnóstico rápido y la concentración de cirugía oncológica compleja.

    Ello a través de una serie de módulos que tienen como máxima la seguridad del paciente y la referida también reducción de la mortalidad por cáncer, a través de un sistema de información que permite los módulos de Oncobide en el sistema de Osabide global, cuyo reflejo es, puso como ejemplo Sala, los 51 ensayos clínicos en los que participan más de 10.000 pacientes, a pesar de que la Covid-19 redujo en un 30 por ciento el reclutamiento de voluntarios en las investigaciones.

    La seguridad por principio

    Todo ello, detalló esta directora, dentro de un viaje del paciente en el que se le acompaña por los distintos recursos y niveles asistenciales, con este sistema único de información centrado en la seguridad del paciente pediátrico y adulto con cáncer, integración de los recursos y conocimiento completo de los ensayos clínicos en curso.

    La también especialista del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Basurto, en la localidad vizcaína de Bilbao, refrescó los datos aportados por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), según los cuales, uno de cada cinco pacientes recibió un diagnóstico tardío de su tumor por culpa de la pandemia o, simplemente, no fue diagnosticado, dado que se redujeron en un 21 por ciento las pruebas complementarias y en un 23,5 por ciento las biopsias.

    Además, Sala insta a no perder de vista que, en tiempos de la Covid-19, la persona con cáncer es doblemente vulnerable porque, además de sobrellevar una enfermedad de entidad clínica destacable, está más expuesta a sufrir los efectos de la infección con mayor severidad que el resto de personas enfermas por el nuevo patógeno.

    Sostenibilidad, equidad y acceso

    El doctor Ignacio López Balboa, que es patrono de la Fundación Bamberg, trazó tres ejes por los que discurrió esta jornada. Concretamente, y para suscitar un brillante diálogo entre los jefes de Servicio invitados, habló de la accesibilidad, equidad y sostenibilidad, valores esenciales de toda actividad asistencial.

    Siempre inteligentemente socarrón, Ignacio López Balboa aseguró que un plan oncológico nacional es más necesario que nunca, en memoria de Dwight David Eisenhower, ‘Ike‘, cuando dijo aquello de que es posible que la estrategia sea algo accesorio en los conflictos, pero en modo alguno lo es tener planes.

    Además, lejos de contar con la citada estrategia estatal, López Balboa también denunció que no hay una adecuada estrategia entre las diferentes “estrategias” regionales. Para él, en otro aspecto, la radioterapia mejoró en España en los últimos tiempos, a pesar, por ejemplo, de lo criticada que fue, y sigue siendo, la donación realizada por Amancio Ortega, injuriada por algunos políticos que parece no tener que ver nada con el amor a la “polis”, en sentido clásico. Se despidió Balboa, en suma, con el galaico dicho del “nos vemos, hoy en un año, pero nunca peor”.

    Del empirismo a la genómica

    El jefe del Servicio de Oncología Médica de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, el doctor Jesús García Foncillas, afirmó que el paso del empirismo oncológico al conocimiento genómico de los tumores abre la puerta a posibilidades de acceso que trascienden el enfoque histológico de la Anatomía Patológica para llegar a poder disponer de plataformas que hacen viable que cualquier paciente oncológico pueda conocer al detalle aspectos intrínsecos de su tumor.

    No obstante, y en su lista de quejas, Jesús García Foncillas afirmó que no es aceptable que se dilate tanto el tiempo en segundas y terceras aprobaciones de fármacos, respecto al momento en que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dio su visto bueno, si es que, de verdad, quieren los poderes públicos que todos los pacientes tengan acceso al fármaco que necesita.

    Tiempos de biopsia líquida

    También reseñó Foncillas las notables posibilidades que ofrece la biopsia líquida que prefigure a conocer de manera flexible el resultado de los distintos tratamientos, para incorporar nuevos fármacos al arsenal terapéutico, cuyos efectos deberán ser estrechamente monitorizados para lograr el mejor y más personalizado abordaje del tumor de cada paciente.

    Reclamaciones en cáncer infantil

    Eljefe del Servicio Oncohematología del Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid, el doctor Luis Madero, resaltó la especificidad de la Oncología y la Hematología pediátricas, siempre limitada en sus investigaciones por el bajo número de pacientes menores de edad con neoplasias.

    Afirmó Luis Madero que, de cero a 14 años, se diagnostican en España 1.100 casos de niños con enfermedades tumorales graves en las excesivas unidades monográficas abiertas en el país, razón que explicaría, en parte, por qué Alemania lleva 14 puntos de ventaja en supervivencia a nuestro país en tumores cerebrales.

    Madero comentó que los datos del Registro Nacional de Tumores Infantiles de Valencia (RETI-SEHOP), radicado en Valencia, habla de una supervivencia del 80 por ciento en el cáncer infantil, aunque relativizó la bondad de datos al tener en cuenta que las tasas de curación de leucemias y tumores cerebrales infantiles son claramente superiores en el resto de Europa.

    Reorganizar la Oncología pediátrica

    Desde ese punto de partida, este ponente estima necesario reordenar la atención oncológica pediátrica para reducir el exceso de unidades monográficas de las más de 40 actuales a solo 10, para que no se lleven casos fuera de equipos altamente especializados.

    Ello además de potenciar la atención a los adolescentes, que van de los 14 a los 18 años de edad, y que contraen enfermedades graves en orden de medio millar al año, de los que apenas un 20 por ciento se recoge en el citado registro ubicado en Valencia.

    Como otras deficiencias que alejan a la práctica clínica de la Medicina Personalizada, Madero citó las dificultades para generalizar los tratamientos que conducen a mejores pronósticos, en igualdad a las posibilidades que ofrece la Oncología de adultos, sin perder de vista que el 70 por ciento de pacientes desarrollan secuelas importantes sobre las que no se hace seguimiento en el tiempo.

    Para Madero, en definitiva, el deseable plan nacional para el cáncer debería desarrollarse en la estructura ya existente de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), con objeto de garantizar a los niños las mejores opciones terapéuticas posibles.

    Morosidad en el tiempo

    El jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Salamanca, el doctor Juan Jesús Cruz, sugirió, sin mala intención, que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), las Administraciones de las comunidades autónomas, la Cartera Básica de Farmacia y los informes de posicionamiento terapéutico (IPT) se confabulan para que los fármacos aprobados por la EMA tarden entre 12 y 24 meses en ser administrados a los pacientes residentes en España.

    Se da una falta de equidad en el acceso a las nuevas terapias al demorarse la concesión de precio y condiciones de reembolso, hasta llegar a la paradoja máxima de que un fármaco está disponible en un hospital y no en otro de la misma ciudad.

    También denunció Juan Jesús Cruz que no se mida en España para no evaluar, y a la inversa, mientras que Castilla y León arrastra, desde siempre, una dispersión geográfica que hace difícil la llegada de ensayos clínicos que podrían beneficiar a los pacientes, además de no poder disponer de compras centralizadas de medicamentos, porque las negociaciones se realizan a nivel de hospital.

    Buenas y malas decisiones

    El jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Valencia, el doctor Carlos Camps, disertó en su ponencia sobre los antecedentes, la situación actual y las vías de mejora que se abren para su especialidad. Así, empezó por la crisis financiera mundial de 2008 y las malas decisiones que, a su juicio, se tomaron en España, de las que se llegó a la bajada de las 42.000 empresas que hacían ciencia a solo 15.000, como contracción brutal del tejido investigador nacional.

    Este fenómeno, en el caso de la Sanidad Pública, llegó al límite de la alegalidad al dejar en los huesos las plantillas de profesionales sanitarios, muchas veces en condiciones laborales absolutamente inaceptables. Carlos Camps relató que él mismo participó en la reacción de un plan oncológico nacional, como tantos otros, sin que a día de hoy ninguna fuera materializado.

    Telemedicina no es llamar por tu móvil

    Con la llegada de la Covid-19, explicó Camps, la Sanidad tiró de todos los recursos disponibles, en los que se incluye la Oncología, con un pleno bloqueo de los ensayos clínicos y una reducción en los diagnósticos del 30 por ciento. Además, también trajo la nueva enfermedad lo que se vino a llamar telemedicina, que, a su juicio, tiene que ser mucho más que hacer que el oncólogo hable con su paciente a través de su teléfono particular.

    Aseguró este ponente que habrá que dotar a esta forma de asistencia sanitaria de la suficiente estructura y los protocolos adecuados. En resumen, lamenta que en los momentos actuales sobre burocracia y falte gestión.

    Todavía pocos aceleradores

    El jefe de Oncología Radioterápica del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), el doctor Germán Juan Rijo, aseguró que los aceleradores lineales, y su riesgo de obsolescencia, alejan a su especialidad de su potencial para atender todas las necesidades de los pacientes.

    Fueron muy celebrados los equipos adquiridos con el reparto de los 310 millones de euros que donó la Fundación Amancio Ortega para la mejora de la Oncología en España, cuyo reparto se llevó a cabo hacia las distintas comunidades autónomas con criterio equitativo.

    Como mejoras pendientes, identificó Germán Juan Rijo incorporar más dispositivos de protones y establecer una malla de centros de referencia y centros asistenciales satélite, dada la importancia de la Oncología Radioterápica, una disciplina que tiene indicación para seis de cada 10 pacientes oncológicos y participa en el 40 por ciento de las curaciones de cáncer, a pesar de que únicamente supone el 0,5 del gasto sanitarios, según precisó.

    Por otro lado, y desde el ángulo de lo reivindicativo, encuentra Rijo inconcebible que Sepa no se pidan resultados a cada servicio médico, ya que, por ejemplo, estos son bien conocidos cuando se comparten en los congresos médicos, tal como expresó.

    Tapón ministerial

    El presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el doctor Álvaro Rodríguez-Lescure, aludió a paradojas en cáncer que podrían explicar una variabilidad, quizás, extrema, por cuanto desemboca en fenómenos de inequidad con amenaza directa a la sostenibilidad del SNS.

    Esto coexiste, según dijo Álvaro Rodríguez-Lescure, con el tapón que ejerce el Ministerio de Sanidad desde que empezó la pandemia, desde una actividad febril que, únicamente, le permitió fijar el precio y las condiciones de financiación de un fármaco oncológico desde que empezó la Covid-19.

    Para Rodríguez-Lescure, no hay uniformidad en la determinación de los biomarcadores, su técnica e interpretación, dentro de un ambiente de implementación bastante errático e informal. A su juicio, no todo es fármaco y hay otras carencias.

    Fallan cuestiones básicas en cáncer, como señaló este ponente, en Cuidados Paliativos que no llegan a miles de pacientes, acceso insuficiente a radioterapia y rehabilitación, por lo que señaló la absoluta necesidad de retomar la estrategia nacional del cáncer, tantas veces aparcada.

    Racionalizar los recursos

    A la vez que, el presidente de la SEOM declaró que no puede haber barreras interiores y también afirmó que sería absurdo instalar tres aceleradores lineales en Villanueva del Pardillo, por citar únicamente una nobilísima población. Asume, por tanto, que esa estrategia para el cáncer, se apruebe cuando se apruebe, debe llevar consigo su parte sociosanitaria, para garantizar apoyo suficiente para los pacientes y sus familias, porque, recordó, los tumores cuestan decenas de miles de millones de euros en costes económicos y conllevan una carga moral equivalente.

    Para vertebrar la asistencia oncológica, entiende Rodríguez-Lescure como paso previo el reconocer la parte que tiene cada uno en la actual problemática para darle la vuelta a la situación y pasar a ser la solución, aunque, admite, no servirá de nada planificar si no hay verdadera voluntad de medir, puntuar y mejorar los resultados de salud de los pacientes oncológicos

    Leña al tumor

    El doctor Antonio Gómez Caamaño, que es el vicepresidente electo de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), se refirió a su trabajo diario como a la búsqueda precisa de los tumores y al atento seguimiento de la evolución que siguen como entidades dinámicas, en un tiempo en que la prioridad debe ser buscar nuevos marcadores y en el que hay que superar el clásico paradigma de radiar a tope en la masa maligna, a la vez que se quieren preservar las zonas colindantes sanas.

    Según el punto de vista de Antonio Gómez Caamaño, la radioterapia siempre fue multi target y, por tanto, entraña difícil para su investigación. Se trata, confesó, de una tecnología que apenas cumple 100 años de historia y en la que prima, generalmente, más el enfoque técnico que el biológico.

    Como jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del coruñés Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), acreditó la gran variabilidad que caracteriza a la práctica clínica, mediante decisiones que nunca resultan baratas, dentro de una sobrecarga asistencial que no se ve compensada por falta de reconocimiento y motivación.

    Ello además de ejercer la tecnología una fascinación que distrae del verdadero protagonista, que siempre es el paciente. Todo en un ambiente con clara falta cultura de la planificación, al seguir alegremente el ritmo de vivir al día, cuya corrección es la gran asignatura pendiente de la Oncología en particular, y de la Medicina en general.

    Regular el acceso, mejorar la financiación

    La presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), la doctora Olga Delgado, declaró que la asistencia sanitaria, en cáncer y otras patologías, debe apuntar a los resultados y no a los medios, en beneficio del paciente. Como jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Son Espases de Palma de Mallorca, también apreció que hay que regular el acceso a las nuevas terapias y mejorar la financiación para el cáncer en general.

    Sobre las dificultades vividas en los últimos meses, declaró Olga Delgado que los Servicios de Farmacia viven con una preocupación que no cesa el no poder disponer de fármacos y test genómicos para una enfermedad tan rebelde como la Covid-19, pero también en determinados tumores, en una evolución en la que los profesionales sanitarios y las asociaciones de pacientes trabajan para tener voz propia en el seno del SNS.

    Espacio sociosanitario desguarnecido

    Observa, además, Delgado una clara asimetría entre la dotación económica que reciben los servicios sanitarios y las que llegan, finalmente, al ámbito sociosanitario, con olvido aparente, y consecuencias reales, de no atender debidamente, por falta de medios, la dimensión psicológica y sociológica del cáncer.

    En aras de ese plan postulado por la Fundación Bamberg, esta ponente atisba, como casi único beneficio otorgado por la pandemia, haber dotado de mayor empaque al Ministerio de Sanidad, institución que ganó “músculo” y que podría estar en situación de alzar la vista por encima de la cotidianidad regional para llegar a empresas de importancia nacional, como fue la estrategia de terapias avanzadas, entre las que se cuentan las CAR-T, materializada en un listado de centros de referencia específicamente ubicados en el territorio del país para atender las necesidades de toda la población.

    Invisibilidad no superada

    La presidenta del Grupo Español de Pacientes de Cáncer (GEPAC), Begoña Barragán, coincidió con los que dijeron en una ponencia anterior que las grandes cifras del cáncer todavía son escalofriantes y que, además, se vieron agravadas con la llegada de la pandemia, en consonancia con un infradiagnóstico de nuevos tumores que podría situarse en el 20 por ciento o crecer, notablemente, por todos los impedimentos sufridos en el primer año de la Covid-19.

    Para Begoña Barragán, la falta de equidad no es directamente fruto de los problemas que pueda tener el sistema sanitario para su sostenibilidad, aunque el gasto sanitario sea más pequeño año a año. Muy al contrario, señaló como principal punto débil del SNS que, en lugar de afrontar una reforma en profundidad, las autoridades sanitarias se limitan a poner un parche detrás de otro.

    Al igual que Delgado, la máxima responsable de GEPAC estima llegado el tiempo de integrar lo sanitario y lo social, por la enorme carga emocional que supone el cáncer para las personas y sus familias. Seguidamente, hizo la confesión íntima de haber sentido pesar al descubrir que el 27 por ciento de la población no llega a conocer todo lo que hacen las asociaciones de pacientes para suplir las carencias que no atienden los poderes públicos.

    Frente a esta duda nacida de la responsabilidad, el doctor Mario Mingo, que es miembro de la Fundación Bamberg, replicó a Barragán que hoy el movimiento asociativo es mucho más querido y útil que hace 20 años, cuando ella enfermó, gracias, entre otras cosas, a esfuerzos sostenidos en el tiempo y frente a las dificultades, como los protagonizados por la propia presidenta.

    Erradicar el cáncer, objetivo a batir

    La Government Affairs Lead & directora de la Fundación AstraZeneca, Celia Cortijo, afirmó que los 17 años de historia de esta compañía contribuyeron en la tarea común de dotar al país de un sistema sanitario más moderno, avanzado y equitativo, al ser un objetivo compartido de los profesionales y los laboratorios erradicar el cáncer, junto a muchas otras enfermedades, en fecha deseablemente cercana.

    Partidaria de un modelo de actuación centrado en el paciente, Celia Cortijo coincidió con otros ponentes al afirmar que la actividad asistencial se vio severamente afectada por la pandemia y que sus efectos no tardarán mucho en comprobarse en las cifras del cáncer, al haberse dejado de hacer el 30 por ciento de las citologías y el 23 por ciento de las biopsias y por haberse reducido al 14 por ciento la afluencia a los hospitales de día.

    Parte de la solución

    En palabras de esta directiva, la industria quiere escuchar a la sociedad y los profesionales para sumarse al esfuerzo que también realizan las sociedades científicas y las asociaciones de pacientes, desde una clara especialización, en su caso, en los tumores de ovario, mama y los hematológicos, para lograr que dejen de ser causa de muerte, porque, como declaró, la industria también es parte de la solución a los problemas planteados durante esta jornada.

    Falta de gobernanza

    A juicio de Cortijo, la pandemia evidencia la falta de gobernanza en Sanidad, con reflejo en una atención menos satisfactoria para las personas con cáncer, aunque replicó a su propio argumento que, cada vez más, hay más largos supervivientes que deben ser debidamente acompañados en su curación.

    En ese sentido, deseó esta ponente que también se pueda volver a una nueva normalidad en cáncer, dentro del viaje del paciente, o patient journey, y junto a las posibilidades que ofrecen tanto la telemedicina como la telefarmacia. En definitiva, reclama que el sistema sanitario tenga oído para todos los afectados, de forma que puedan beneficiarse de los adelantos logrados hasta ahora frente al cáncer.

    Franja litoral catalana

    La directora general del Instituto Catalán de Oncología (ICO), Candela Calle, resumió aspectos destacables de sus 11 años al frente de esta entidad, una empresa pública dependiente del Servicio Catalán de Salud (CatSalut) que ya cuenta con 25 años de trayectoria y que, con enclaves en L’Hospitalet de Llobregat, Gerona, Badalona Tortosa y Tarragona, asume el 65 por ciento de la asistencia oncológica de esta comunidad autónoma.

    Definió Candela Calle como su zona de influencia y actividad el corredor costero que cubre el ICO, con dedicación a la prevención, la asistencia, la terapéutica y la docencia, con soporte en 25 hospitales comarcales y plena conexión con los centros de agudos y las unidades funcionales.

    En su repaso a la visión que sobre el cáncer se tiene en el ICO, Calle hizo mención a las reuniones conjuntas para la puesta en común de información clínica sobre tumores para establecer estrategias terapéuticas compartidas, así como destacó la figura de la enfermera de práctica avanzada.

    Esta responsable describió, en otro punto de su discurso, el funcionamiento de esta institución con fundamento en el empoderamiento profesional sustentado por el apoyo a la innovación, dentro de un acercamiento humanista que incluye la visión psicosocial en cada caso oncológico, desde los primeros diagnósticos a los cuidados requeridos al final de la vida.

    Ensayos y riesgos compartidos

    Fruto de este diseño organizativo, Calle destacó los 1.000 ensayos clínicos en los que participa el ICO actualmente, en los que hay enrolados 1.300 pacientes. Citó, igualmente, las guías de práctica clínica, mediante un sistema de información transversal que obedece a una estrategia de partenariado, para garantizar que entra en farmacia hasta el último fármaco capaz de aportar valor terapéutico.

    Además, esta directiva resaltó los 14 acuerdos de riesgo compartido en la financiación que mantiene actualmente abiertos el ICO, con una participación próxima a los 1.200 pacientes y una inequívoca orientación a los resultados en salud. Concluyó, así, con la afirmación de que, en la gestión del cáncer, es necesario saber lo que se hace en todo momento para no salirse de los raíles de la mejora continua, a partir, por ejemplo, puso como modelo, de la innovación en radioterapia.

    Horizon Scanning a tres años

    El Head of Oncology de AstraZeneca en España, el doctor Guillem Bruch, aportó datos para la preocupación, como que, debido al parón ejercido por la pandemia del Covid-19 a la atención en cáncer, es de temer un aumento del 17 por ciento de los casos, con una mortalidad que podría subir hasta en un 25 por ciento.

    Como mención al evidente atraso que presenta España para la implantación de un plan oncológico nacional, Guillem Bruch se refirió al informe que la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en febrero de 2020, según el cual el 81 por ciento de los países cuentan con programas oncológicos integrales, pero solo el 10 por ciento los aplica y únicamente el 7 por ciento los monitoriza de forma regular y estandarizada.

    Al ser la detección precoz en cáncer la vía a mejores pronósticos, este directivo declaró que la compañía a la que representa colabora activamente para que se pueda actuar cuanto antes en el ecosistema asistencial, lo que requiere planificación, gestión y compromiso casi a partes iguales.

    Todo dentro de un modelo como es el farmacéutico, que utiliza estrategias de Horizon Scanning a tres años, como mínimo, para poder establecer planificaciones bien definidas, con lo que puso de relieve Bruch el esfuerzo colaborativo que realiza AstraZeneca en España, con el objetivo también de sumar energías a la excelente labor que realizan los profesionales sanitarios del país en el abordaje del cáncer.

    Apoyo selectivo a la innovación

    Este directivo dirigió también algunas palabras a las Administraciones públicas para que acierten al seleccionar la innovación tan necesaria para los ciudadanos, mediante una adecuada financiación a la que se puedan aplicar criterios unitarios en temas tan importantes como, por ejemplo, la disponibilidad general de biomarcadores.

    Ello además de trabajar juntos para doblar las supervivencias en cáncer de pulmón, cuya mayoría de tumores se detectan todavía en fases avanzadas, desgraciadamente, según los datos de Bruch, además de generalizar los cribados del cáncer en mama, cérvix próstata, colon y otros tumores citados. También ve propicio el momento para aprovechar todas las posibilidades que ofrecen las teleconsultas.

    A favor de la Sanidad descentralizada

    A pesar de que en esta jornada se compartieron argumentos negativos sobre la proliferación de centros asistenciales por pruritos territoriales, más que por necesidades de conjunto, el consejero de Sanidad de la Xunta de Galicia, Julio García Comesaña, defiende el modelo de Administración sanitaria descentralizada.

    Para ello, Julio García Comesaña puso el ejemplo de tiempos pretéritos en los que una persona de Galicia tenía que desplazarse al cántabro Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, o al antiguo y Hospital Puerta de Hierro de Madrid, para que se le realizaran pruebas que no estaban disponibles en su región.

    También se mostró García Comesaña partidario de hacer descender la Oncología hasta los ciudadanos a efectos tanto de radioterapia como de abordaje clínico general en cáncer, por lo que propuso acercar los tratamientos en red a la población, mediante centros de referencia bien apoyados en los hospitales comarcales y los laboratorios centralizados para ganar en eficiencia. Además, asume que los hospitales comarcales podrían aumentar la capilaridad de la investigación en caso de recibir ensayos clínicos, debido a que hoy se peca de cierto minifundismo en dicha investigación, a su criterio.

    No se opuso este ponente, sin embargo, a que se pueda concentrar la ciencia y la atención médica en centros de referencia para evitar dispersión de esfuerzos y costes, siempre y cuando sea en patologías concretas que requieran esta estrategia, debido a, por ejemplo, su baja prevalencia.

    Hacer evolucionar el modelo

    Sobre la tecnología, García Comesaña estima que hoy permite cambiar el modelo de atención para que los pacientes habituales no se desvinculen de los hospitales entre visita y visita, ni entre prueba y prueba, ni se vean obligados a acudir a urgencias ante cualquier duda relativa a su patología crónica.

    Este ponente se mostró proclive a la actualización del modelo clásico de atención en Oncología, desde un esquema con mayores apoyaturas en las asociaciones de pacientes, para asegurar la parte de acompañamiento que la Administración no puede cubrir, además de fomentar la participación de dichas asociaciones en el conocimiento de procesos como las cirugías complejas, dentro del nuevo rol que deben adquirir las personas afectadas por el cáncer y sus familiares.

    Echa de menos, por otro lado, García Comesaña la presencia de la radioterapia de precisión con protones existente en España y animó a potenciar los sistemas de registro de tumores y a realizar un atento seguimiento de los nuevos tratamientos que se aplican a las neoplasias.