Las listas de espera son la segunda prioridad sanitaria, solo por detrás de las vacunas covid-19, alertan gestores y clínicos en el encuentro de la Fundación Bamberg

  • Fuente: Acta Sanitaria - Martes, 9 Marzo, 2021
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    Luis Ximénez — Madrid 9 marzo, 2021 - 4:24 pm

    Las listas de espera médica y quirúrgica han subido a segunda prioridad sanitaria, solo por detrás de las vacunas Covid-19, tal como han alertado gestores y clínicos reunidos por la Fundación Bamberg en su última cita virtual con la reforma de la Sanidad.

    Este encuentro se desarrolló dentro del ciclo titulado ‘Saliendo de la crisis del coronavirus‘, en el que la sesión llevó por lema ‘Un reto tras la pandemia: las listas de espera‘, habida cuenta de que este problema se convertirá en prioridad máxima cuando aflore toda la patología oculta de naturaleza no Covid-19, una vez que remita la pandemia del SARS-CoV-2.

    Palabras de gratitud

    Las primeras palabras del presidente de la Fundación Bamberg, Ignacio Para Rodríguez-Santana, fueron para agradecer a todas las entidades colaboradoras en este acto su ayuda inestimable, con mención expresa a los patrocinadores, las compañías Medtronic, Mysphera yDedalus; el papel de colaboración de B Braum yMBA; y la función protectora que ejercen el grupo sanitario Ribera Salud y la aseguradora ASISA desde hace años para esta Fundación, en su incansable labor en favor de la mejora sanitaria del país.

    Por esta razón, Ignacio Para reconoció con todo afecto los apoyos recibidos y, de forma muy especial, la participación activa de los representantes corporativos de las firmas en el desarrollo de esta jornada. En este capítulo de agradecimientos, tampoco se olvidó de resaltar el esfuerzo de los doctores Ignacio López Balboa, que es patrono de la Fundación Bamberg, y Mario Mingo, que es el presidente de su Consejo Asesor, a la hora de armonizar y resumir todas las intervenciones de los ponentes, en su responsabilidad de verdaderos puntales de la entidad convocante.

    Aplazar lo inevitable

    Seguidamente, Para inició su discurso de apertura con referencias a las listas de espera como las válvulas de escape para la presión que recibe un modelo sanitario con signos de agotamiento por una demanda asistencial que tiende al infinito por el envejecimiento poblacional y el avance de unas patologías entre las que la Covid-19 llegó para tensar aún más las cuerdas.

     

    Todo ello al tener presente que la huida de los pacientes de los centros sanitarios por miedo a los contagios del SARS-CoV-2 hará que el descenso de la presión asistencial registrado en las primeras olas de la Covid-19 vuelva en forma de desarrollos patológicos más avanzados y necesitados de tratamientos más costosos.

    Tales listas, sugirió Para, son resortes que mitigan del peligro de colapso para el sistema sanitario, pero que también entrañan el riesgo de demorar los diagnósticos, ante lo cual no basta con mantener activos los quirófanos en turnos de mañana y tarde, por más que esta medida sea positiva.

    Déficit de profesionales

    Tal como insistió este ponente, la pandemia pone de relieve la preocupante falta de enfermeros y médicos de todas las especialidades. Esta es una situación que reconoció saber que está entre las prioridades del consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, invitado a clausurar esta jornada.

    De esta forma, y para atajar el problema de las listas de espera, el presidente de la Fundación Bamberg reclama una justa estabilidad en los contratos de los profesionales, en muchos casos muy mal pagados.

    Doliente Atención Primaria

    Teme Ignacio Para que la pandemia de la Covid-19 haya supuesto un bloqueo de la Atención Primaria que todavía no se haya podido enmendar, por lo que se dificulta su papel de entrada al sistema sanitario, fundamentalmente, señaló, por el alto grado de temporalidad laboral de muchos de sus profesionales y por la progresiva saturación de pacientes.

    Ello hasta el punto, lamentó tener que decirlo este ponente, de que la población expresa una mayor insatisfacción cuando las listas de espera castigan de manera especial a este nivel asistencial, al que, recordó, no solo habría que cambiarle el nombre, por todo el protagonismo que merece, sino también dotarle con todos los recursos humanos y materiales.

    Más que digitalizar

    Además de solicitar, a todos los políticos y gestores sanitarios del país, una gestión inteligente de las listas de espera, desde una bien planteada jerarquía de las intervenciones asistenciales, el presidente de la organización convocante preguntó a los ponentes sobre lo oportuno de adoptar diferentes medidas.

    Entre estas acciones, Para habló de utilizar el Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal de Madrid para liberar a otros centros de actividad Covid-19 en la Comunidad de Madrid, así como medir los resultados en salud por ser la magnitud clave a estudiar y no solo el incremento de la actividad hospitalaria en sí misma.

    A todo ello, el presidente de la Fundación sumó que modernizar la Sanidad pasa por su digitalización, no para ganar en relumbrón, sino para atajar los problemas desde la eficiencia y la racionalidad, por lo que también pide a los responsables del país que no caigan en la tentación de orquestar planes “E” con los fondos de ayuda que lleguen desde Europa.

    Actuar antes que tarde

    Por todo ello, el presidente de esta Fundación agradeció las ideas y soluciones aportadas por los gestores y jefes de Servicio invitados, de cara a conocer, juntos las vías posibles para lograr que las listas de espera sean asumibles y lo más cortas posibles.

    Ello a través de mensajes claros al Gobierno y su actual Ministerio de Sanidad, en aras de dar el mejor uso a los escasos recursos disponibles y su apoyo en la gestión indirecta que permitiría descongestionar todo el sistema sanitario y reducir dichas listas de espera.

    Seguir el modelo galaico

    Un minuto antes de recomendar visitar la parte expositiva y los stands virtuales, tras esta jornada, Para reiteró sus elogios a la Sanidad gallega, representada por su director general de Asistencia Sanitaria, el doctor Jorge Aboal Viñas, quien habló también en nombre del presidente del Ejecutivo autonómico, Alberto Núñez Feijóo.

     

    Un discurso que recomendó Para escuchar y leer varias veces por deberse al artífice de la buena marcha de la Sanidad gallega, en un territorio que invierte 4.500 millones de euros en salud, tras aumentar el presupuesto más del 11 por ciento.

    Todo frente a gestiones claramente faltas de foco, como las vistas en Cataluña, de siempre, y la Andalucía de hace unos años, como razonó Para, porque la gestión gallega es una de las mejores del país, y referente mundial, como expresó Rita Tristancho desde el chat de esta jornada virtual.

    Galicia en vanguardia asistencial

    Jorge Aboal intervino en dos tramos de esta jornada. Primero, habló como una de las dos autoridades sanitarias invitadas, el presidente de la Xunta de Galicia, y, durante la segunda sesión, dedicada a los gestores sanitarios, compartió sus experiencias como principal responsable de la mejora asistencial en esta región.

    En el marco de una política propicia al envejecimiento activo de la población gallega y la evitación dinámica, Aboal aludió a una mayor lucha contra la obesidad infantil y la preparación, a cuatro años, de una ley para la prevención de adicciones, como el alcohol, el tabaco y el uso abusivo de las nuevas tecnologías y pantallas electrónicas en los menores.

    Terapias avanzadas y robótica

    En esta legislatura, este ponente también destacó el impulso a las terapias celulares, los tratamientos avanzados y la robótica, al tiempo que se sumará el cáncer de cérvix a los actuales programas de cribados de mama y colon-recto. Apuesta, igualmente, por las colaboraciones público-privadas en todos los terrenos de la salud, a la vez que declaró que se potenciará la carrera investigadora.

    En materia laboral, Aboal confirmó que Galicia cubrió el 100 por cien de las plazas ofertadas desde la Administración pública para completar los cuadros de profesionales sanitarios, aunque, por otro lado, estima que habría que derogar las tasas de reposición en el Sistema Nacional de Salud (SNS), al resultar inadecuadas para dotar a los servicios de salud de suficientes profesionales sanitarios.

    Acortar tiempos y pausas

    También hizo mención Aboal a una reducción a la mitad del tiempo que antes requerían las pruebas complementarias y que ya estaba en una semana. Finalmente, defendió que será obligado medir los resultados en salud y no solo el volumen de actividad, aunque asume que no será fácil en el todavía escenario de pandemia.

    Además, también destacó este ponente que en Galicia, como en el común de los territorios, se interrumpió drásticamente las intervenciones ortopédicas y oftalmológicas con la llegada del SARS-CoV-2, lo que llevó a prever que el año que viene será necesario encajar una avalancha de prótesis, mientras que, en la actualidad, a menos recambios e intervenciones de cristalino, más dolor y peor visión, respectivamente.

    Cómo la cultura nos enseña

    Ignacio López Balboa moderó la primera mesa de ponentes, reservada a compartir la visión de los servicios médicos y quirúrgicos, en palabras de responsables muy destacados. Desde citas de Antonio Machado y Abraham Lincoln, y con mención a la cabeza bifronte de Jano, tan cara a los políticos sanitarios, aseguró que esta jornada habría de servir para dibujar diferentes escenarios de post pandemia.

    Todo para saber qué piensan los responsables públicos sobre lo que está por venir y sin perder de vista que los recursos humanos y materiales de la Sanidad se mantienen escasos. Por eso, López Balboa pidió a los presentes que adivinen lo que ocurrirá cuando las vacunas contra la Covid-19 lleguen a todos, junto a posibles nuevos tratamientos y haya un filo capaz de cortar el nudo gordiano de las pruebas por imagen.

    También, este ponente aludió al doctor Charles Mayo y Warren Buffett para salpimentar su tesis de que España se debe a sí misma saber, antes que tarde, qué Sanidad quiere, cuándo, cómo y a qué precio.

    Nuevas formas de actuar

    El director médico del madrileño Hospital La Paz-Carlos III-Cantoblanco, el doctor Juan José Ríos Blanco, refirió un 30 por ciento menos de cirugía, en un complejo asistencial como este, por el que pasaron 10.000 pacientes críticos durante las primeras olas de la pandemia.

    Frente a esto, aseguró Juan José Ríos Blanco que ahora el problema es recuperar al paciente agudo que está en la base del iceberg y que es la que no se ve, un grueso de la población sin diagnóstico establecido que requerirá la mayor exquisitez de los equipos asistenciales para asignar las camas hospitalarias con el mayor de los tinos.

    Anima Ríos Blanco a trabajar de forma diferente, a la vez que clínicos y gestores se unen a los profesionales que están a pie de cama para gestionar su recuperación de la salud con nuevas herramientas, para lo que requirió el apoyo de las sociedades científicas, la comprensión de las asociaciones de pacientes y la apertura a los pactos de los sindicatos.

    Apendicitis perdidas

    El jefe del Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Clínic de Barcelona, el doctor Constantino Fondevila, destacó las diferentes exigencias de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y cuidados intermedios durante las distintas olas de pandemia, con preocupación por los pacientes de apendicitis y afecciones del tracto biliar que parecen haber desaparecido de las estadísticas, a juzgar por el desplome de las asistencias a urgencias y las admisiones.

    A raíz de este gran impacto en la curva de las cirugías y los trasplantes, hasta finales de mayo de 2020, Constantino Fondevila ve un ahorro en gasto sanitario, que, sin duda, vendrá incrementado, cuando los pacientes reaparezcan con sus patologías no atendidas a lo largo de más de un año.

    Pacientes fuera de garantía

    En este hospital, cifra el citado ponente en 176 los pacientes fuera del periodo fuera de garantía, dado que el embudo se produjo en las fases previas de consulta externa y petición de pruebas diagnósticas, por lo que augura que la mortalidad esperable se deberá a la patología y el trasplante urgentes, con mayor importancia de los tumores que se hayan vuelto irresecables.

    En el aspecto positivo, destacó Fondevila la capacidad de las UCI de los centros privados para descongestionar al hospital y una asistencia hospitalaria domiciliaria que, sin duda, habrá que potenciar, según su criterio.

    6.000 cirugías menos

    El coordinador quirúrgico de la Dirección Asistencial del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona, el doctor José Manuel Domínguez, calcula en 6.000 cirugías menos las habidas a causa de la pandemia, al tiempo que tampoco fue necesario en este centro habilitar ningún bloque quirúrgico como espacio Covid-19, aunque también se bloqueó la actividad trasplantadora por falta de espacios limpios suficientes.

    Señaló, actualmente, José Manuel Domínguez la ausencia de 2.000 pacientes en la lista de espera quirúrgica por renuncias voluntarias o por suspensión de intervenciones benignas, aunque ahora los pacientes afluyen en mayor número del visto en la primera ola de la Covid-1, un momento en que se producían infartos “como los de antes”, porque la gente no se atrevía a acudir a las urgencias.

    Razona este cirujano que el hospital en el que trabaja deriva pacientes a centros privados con infraestructuras para pacientes críticos, salvo en caso de patología terciaria. Como solución parcial para las listas de espera, aconseja realizar mayor actividad de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA), siempre que sea posible.

    Principales hospitales andaluces

    El director de la Unidad de Gestión Clínica de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, el doctor Javier Castell, establece en un 18 por ciento la caída de las entradas para pruebas de imagen, lo que supone haber dejado de hacer un millón de las mismas, al tiempo que la demanda de mamografías se contrajo un 21 por ciento en 2020.

    En término de salidas, precisó Javier Castell también que se pasó de 4,3 millones en 2019 a 3,5 millones en 2020, con un total de dos millones menos, ausentes en los ocho principales hospitales de Andalucía. Afinó, también, los datos al hablar de 65 días de demora media, dentro de una considerable variabilidad, aunque con una bajada del 20 por ciento.

    TAC desde urgencias

    Señaló Castell una pérdida del miedo de acudir a las urgencias, por parte de los pacientes, con hasta 75 TAC pedidos al día desde estos servicios, correspondiente a entre un 20 y un 30 por ciento más que en 2019. En este contexto, afirmó que la pandemia vino a demostrar, entre otras cosas, que la cuarta parte de las pruebas habitualmente indicadas no aportan valor o son redundantes y, por lo tanto, prescindibles.

    En cuanto a la delegación en centros privados de parte de la actividad de la unidad que lidera, este radiólogo no tuvo el menor inconveniente, cuando se trata de pruebas de media o baja complejidad.

    Al habla con la industria

    También se contó con dos directivos para conocer detalles de la visión de la industria en el tema de las listas de espera. En primer lugar, el CEO de Mysphera, Salvador Vera, definió esta firma como una entidad dinamizadora de los flujos quirúrgicos.

    Ello mediante soluciones, ilustró Salvador Vera, como el sistema de localización Orbital para automatizar el proceso y reducir los tiempos muertos de las cirugías, como la limpieza entre intervenciones, y los traslados y recuperaciones de los pacientes, para ganar en eficiencia.

    Caída drástica de cirugías

    Como efecto de la pandemia, refirió Vera haber pasado de realizar 25.000 operaciones a la semana, a una cifra oscilante entre las 6.000 y las 7.000, fenómeno que se atenuó entre olas, pero que ahora se sitúa en una cantidad de 15.000, todavía alejada de los datos de 2019.

    A pesar de ello, Vera avisa de la avalancha de intervenciones que será necesarias cuando pase la última marea de la Covid-19, ya que, razonó, todos tenemos, al menos, un pariente que sigue pendiente de realizarse una prueba diagnóstica o de pasar por quirófano.

    En resumen, este ponente defiende que las empresas de alta tecnología ayudan con soluciones que permiten resultados incrementales para el cliente y el sistema sanitario, mediante herramientas que ahorran tiempo e instrumentos de analítica avanzada para planificar y gestionar mejor.

    Mejorar el bloque quirúrgico

    Completó el enfoque industrial el director de Desarrollo de Negocio de Dedalus España, Juan María Ruíz, quien afirmó que esta compañía también se dedica a optimizar el funcionamiento del bloque quirúrgico, tanto cuando se frena la afluencia de pacientes como cuando llegan en avalancha.

    Propone, por ello, Juan María Ruíz racionalizar los recursos antes de que sea tarde, al adoptar hoy un modelo de hoy que también sirva para mañana, con la intención de reducir la variabilidad y lograr un mayor rendimiento de las instalaciones, una mejor gestión de las listas y una continuidad asistencia asegurada, mediante la sincronización de los procesos en tiempo real.

    No digitalizar lo caduco

    Brindó, también, Ruíz la reflexión de que todo proceso anticuado seguirá siendo anticuado aunque sea digitalizado, en un proceso en el que las TIC son el medio y nunca el fin, para lo que, sugirió, es muy bueno que proveedores y gestores bajen a las trincheras en las que los profesionales sanitarios saben en primera persona cuáles son sus necesidades.

    Todo ello al ser este el momento propiciatorio, al existir las necesarias herramientas de explotación de datos, además de conocimiento y expertice, ganas de innovación y abundante dinero que llegará desde Europa.

    Deterioros a plazo fijo

    El presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), Carlos Rus, anunció novedades a partir del proyecto Venturi, que desarrolla Antonio Burgueño, pero del que ya se presupone que la falta de consultas y diagnósticos en 2020 confirmará la llegada a la atención sanitaria de muchos pacientes que podría ser catastrófica.

    Reiteró Carlos Rus la disponibilidad del sector privado de la Sanidad a colaborar con las autoridades sanitarias, algo que ya se hizo público en los primeros compases de la pandemia. Puso, así, el ejemplo de la Comunidad de Madrid, en la que se pusieron en juego todos los recursos públicos y privados, lo que supuso contar con un mando único y duplicar, y hasta triplicar, las UCI.

    De esta forma, afluyeron a los centros privados pacientes con seguro personal, desde el mutualismo administrativo y como derivación de los hospitales públicos, dentro de una dinámica que fue ajena a otras regiones, como Galicia y Canarias, en las que la primera ola de la Covid-19 fue más bien testimonial y el sistema público pudo asumir toda la demanda asistencial.

    Colaborar sin reservas

    En ese punto, este directivo destacó que el ofrecimiento patronal nace de la generosidad y el compromiso público del sector privado, ya que los ingresos de las derivaciones desde aquel apenas suponen el 13 por ciento de su facturación. De estos dos extremos, Rus deduce situaciones como hospitales sin profesionales suficientes, frente a otros con sus plantillas completas, pero sin tener pacientes Covid-19 a los que atender y sin que les cupiera la consideración de trabajadores esenciales.

    Aboga el presidente de ASPE por aprovechar las treguas que concede la pandemia para ver, en los centros privados, el lugar idóneo de destino para los pacientes por sus circuitos limpios de Covid-19.

    También en alta complejidad

    Rechaza Rus que se niegue a la Sanidad Privada su capacidad para la alta complejidad, cuando las dos únicas estaciones de protonterapia están en sendos grupos del sector. Además, destacó como acertados los planes de choque que se ensayan en Andalucía para reducir las listas de espera y adelantó que este sector proyecta agrupar centros para hacer un ofrecimiento atractivo a cada comunidad autónoma.

    También, este ponente señaló que no volverá a haber un momento como este para mejorar la Sanidad, a través de la digitalización de los procesos asistenciales y el ahorro energético de los hospitales y centros de salud.

    Perspectiva CAM

    Como responsable de la Gerencia de Planificación Estratégica de la Consejería de Sanidad del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Daniel Álvarez Cabo resaltó un desplome de la actividad no Covid-19, al tener que dedicarse entre el 80 y el 85 por ciento de la capacidad de los hospitales a atender las necesidades generadas por la nueva enfermedad.

    Este factor obligó a crear nuevas unidades y duplicar la capacidad de otras ya existentes para plantar cara al nuevo patógeno. En esta dinámica, Álvarez Cabo apreció cierta apertura a la asistencia general en junio pasado, hasta que se vio frenada por una segunda ola de la pandemia que, sin embargo, no fue tan intensa con la primera.

    Coincide Álvarez Cabo con los demás ponentes en que ahora la preocupación se ciñe al afloramiento de la patología oculta todos estos meses, y en virtud de una mayor capacidad en Atención Primaria, de lo que viene un engrosamiento de listas de espera, de momento, contenida.

    Un total de 500 camas de críticos, todavía

    En el actual descenso de la tercera ola, detecta Álvarez Cabo una menor presión en UCI, aunque todavía hay 500 camas de ocupadas por pacientes críticos de la Covid19, realidad que impide recuperar los niveles antes habituales de actividad compleja.

    Este gerente comentó que, entre las dos primeras olas de la pandemia, los hospitales de Santa Cristina y Cruz Roja fueron elegidos como centros de apoyo en función de su actividad quirúrgica, para poder ampliar la oferta regional de cirugías, dentro de una actividad que califica como de pre-pandemia, al disponer de quirófanos bien provistos y camas de críticos.

     

    Reconoce Álvarez Cabo que las listas de espera suben hoy en términos absolutos, al haberse restablecido el flujo habitual de pacientes desde Atención Primaria a los cirujanos y su inclusión en los referidos listados, dentro de una creciente preocupación por los tiempos de espera que explican las actuales propuestas de mejora de la oferta con visión eficiente.

    Sobre la demora de 95 días para que alguien sea intervenido en la Comunidad de Madrid, Álvarez Cabo entiende que es positiva, en el contexto nacional, pero todavía excesiva, al haber registrado 8.000 pacientes más en los dos últimos meses, es decir, un 10 por ciento más, a lo que opone la disponibilidad del Hospital Isabel Zendal de Madrid y su capacidad para reducir la presión asistencial de los otros centros.

    Con los presupuestos prorrogados

    Abre la puerta este político a incrementar la colaboración público-privada en términos de una mayor concertación que hoy está en periodo de evaluación, aunque condicionada por la prórroga de los presupuestos generales en esta región. También estima prioritario acortar la demora diagnóstica que afecta a pruebas como las endoscopias digestivas, de cara a evitar que los casos sean detectados en estados más avanzados.

    De los 30 hospitales que tienen servicios de urgencias, Álvarez Cabo se muestra partidario de derivar los pacientes al Hospital Isabel Zendal, por su capacidad rehabilitadora y mayor amplitud de espacio para la deambulación de pacientes, mucho más difícil, aludió, en los pasillos de los hospitales generales, ya inmersos, por otro lado, en serios planes de flexibilización. Finalmente, señaló un año como el tiempo necesario para recuperar la actividad normal en consultas externas y quirófanos.

    Recursos por rendimiento

    La directora general de Medtronic España y Portugal, María Vila, recordó que las cirugías suponen el 40 por ciento de los recursos de los hospitales, en un contexto en el que los partners públicos y privados generan una mayor satisfacción en las intervenciones, a pesar de que esta práctica aún no sea mayoritaria.

    Para María Vila, atajar el problema de las listas de espera requiere estrategias regionales, y a la escala de las áreas básicas de salud, porque no resulta suficiente actuar hospital a hospital, en la confianza que da saber el papel tractor que tiene la Sanidad para otros sectores, como el tecnológico y el educativo. Razonó, igualmente, que el rendimiento de los fondos europeos actuará mediante la palanca digital, de cara a poder utilizar cada dato para mejorar los resultados en salud.

    De la compañía a la que representa, Vila explicó que ayuda a que el bloque quirúrgico interactúe de manera más inteligente mediante conexiones con otros y con el exterior, al facilitar un seguimiento remoto, antes y después de las intervenciones, de unos pacientes progresivamente empoderados.

    Acortar los tiempos de hospital

    También, esta ponente aludió a una progresiva tecnificación de los domicilios, con objeto de lograr que el paciente solo acuda y permanezca en el hospital los tiempos inevitables. En el plano nacional, anima a que las autoridades no dediquen los fondos europeos a comprar tecnología, sin más, porque es preciso pensar bien donde debe ir cada inversión, para, entre otras cosas, bajar las demoras medias.

    En nombre de los cirujanos

    El presidente de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), el doctor Salvador Morales-Conde, estima que será preciso incrementar en un 30 por ciento la actividad quirúrgica normal para que los hospitales puedan aproximarse a la productividad e intervenciones propias de la era anterior a la Covid-19.

    Financiación y consenso político

    Mario Mingo confirmó que, tras la vacunación para la Covid-19, las listas de espera se constituyen en la prioridad sanitaria nacional, para que se pueda recuperar la normalidad en las consultas externas, las pruebas diagnósticas y las deseables tasas de cirugías.

    Todo dentro de un esfuerzo colectivo para poder asumir la demanda asistencial que requerirá la inteligencia aludida a lo largo de esta jornada, mediante la atenta selección de pacientes y patologías, además de reclamar una financiación suficiente, que, a juicio de Mingo y el resto de los participantes en este encuentro, precisará de un consenso político mayoritario, si no pudiera ser completo.

    A ello, Mingo añadió los planes de choque que precisa cada territorio, mediante autoconcertación y colaboraciones público-privadas que ayuden a lograr una estrategia nacional que garantice la equidad, hoy bastante en entredicho, según sentenció.

    Planes de contingencia

    El Consejero de salud y Familias de Andalucía, Jesús Aguirre Muñoz, agradeció su presentación a Mingo, a la vez que expresó sentir como muy grato el lema de la jornada, ‘Un reto tras la pandemia: las listas de espera‘, por lo que tiene de promesa de que acabe, por fin, la actual pesadilla. Declaró, así, que la cifra de 163.000 personas en las listas andaluzas de espera cuando llegaron al Gobierno, resultaba escandalosa, pero que, afortunadamente, mediante planes de contingencia, pudo reducirse a 137.370, es decir, tras un 17 por ciento de caída.

    A esta situación ayudó de forma sustantiva, ratificó Aguirre, la no detención de la actividad quirúrgica, y la racionalización de los flujos entre las plantas, las URPA y las UCI y los bloques quirúrgicos, además de contar, desde el otoño pasado, con los hospitales privados.

    Esta es una colaboración que, aseguró el titular de la cartera sanitaria del Ejecutivo regional, será incrementada, para reducir una demora media de 190 días, alta, pero también en cauce de reducción. En ese aspecto, relativizó el decaimiento de los plazos garantizados, al ser una magnitud no del todo fiable ante la huida de los pacientes del sistema sanitaria por miedo a los contagios.

    Que no haya cuarta ola

    Aguirre expresó su preocupación al detectar cierto estancamiento en la incidencia de la Covid-19, acumulada a siete y 14 días, por lo que desea que no se confirmen los temores de una cuarta ola de pandemia, que ya sería realmente insufrible para todos.

    No obstante, también razonó este ponente que dicha pandemia demostró, hasta ahora, un perfil en dientes de sierra y, aunque no es previsible que el problema esté en vías de solución hasta finales de 2021, sí es cierto que todo el sistema aprendió a reaccionar de forma proactiva, tras el impacto y parálisis inicial que supuso la llegada del patógeno y sus peores efectos a nuestro país.