Una nueva visión sobre infraestructura, tecnología y equipamiento de los centros sanitarios. 10 de mayo, 2021
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Estamos ante un cambio profundo de lo que debe ser un centro sanitario, tanto en su arquitectura, diseño interior, espacios y flujos de trabajo, con un diseño paramétrico, que debe responder tanto a los cambios en el desarrollo de la asistencia sanitaria como en los nuevos procesos de atención y configuración de equipos y flujos de trabajo.
Las nuevas tecnologías como el desarrollo de sensores, el internet de las cosas, las redes wifi y la robotización de muchas de las actividades, nos permiten una mayor seguridad de la atención médica y enfermera y un control más eficiente y eficaz de los procesos y de los enfermos.
Pero, además, la experiencia surgida durante esta pandemia del coronavirus, la necesidad de diferenciar circuitos y zonas, la necesidad de transformar espacios en función de las necesidades, así como las crecientes exigencias en materia de medioambiental, nos obliga a repensar y a plantear una nueva visión sobre la infraestructura, la tecnología y el equipamiento de los hospitales y centros sanitarios de manera que sean lo más saludables, seguros, eficientes e inteligentes posible.
El nuevo hospital debe ser accesible e inclusivo, construido con materiales saludables, autosuficiente capaz de reducir las demandas energéticas utilizando energías renovables. Un hospital inteligente en el que los sistemas informáticos asistenciales y de gestión estén integrados aprovechando las nuevas posibilidades del tratamiento Big Data y de la aplicación de la Inteligencia Artificial. Un hospital pensado para la robotización de actividades procesos y tareas dando soporte al desarrollo de la actividad médica y asistencial, pero sin perder las exigencias estéticas que creen un entorno agradable, humano, confortable y seguro.
Para hablar sobre ello hemos reunido aquí a gerentes y directores de gestión de hospitales, y responsables de las infraestructuras, el equipamiento tecnológico y los sistemas de información de diferentes Comunidades Autónomas, así como a médicos, enfermeras y pacientes que, al fin y al cabo van a ser los usuarios finales de las infraestructuras, tecnologías y sistemas de información de los hospitales y centros de salud.