Existe la evidencia de un déficit sanitario importante en España que está estrangulando a los proveedores y que pone en peligro la calidad de la asistencia sanitaria pública. El tamaño de este déficit es tal que resulta imposible de sanear únicamente a través de mejoras de la eficiencia a corto plazo. No obstante, no solo resulta absolutamente imprescindible mejorar la financiación sanitaria a corto plazo sino también abordar las bolsas de ineficiencia del gasto público (sanitario y no sanitario).
Todos estamos de acuerdo en que el problema más grave en la situación actual de Crisis financiera y económica, es el de la financiación del modelo actual del Sistema Nacional de Salud. Reconocida la crisis tardíamente, con decisiones tardías, mediatizada por la política y el voto; con decisiones más volcadas en la contención del gasto público (que son necesarias) que en mantener el tejido empresarial, reconvertirlo y general riqueza y empleo, la crisis está produciendo un colapso en la financiación de nuestro sistema de salud.